jueves, 14 de diciembre de 2017

CASTILLO DE GIRIBAILE

CASTILLO DE GIRIBAILE
Aunque actualmente está en ruinas es un castillo con mucha historia.


El castillo de Giribaile es una construcción militar edificada en el siglo XII, durante la etapa islámica, situada en las inmediaciones de la aldea de Guadalén, en la localidad jiennense de Vilches (AndalucíaEspaña). Se localiza sobre el extremo norte de una meseta de unos 500 metros sobre el nivel del mar, que controla visualmente la vega del río Guadalimar, la antigua vía Heráclea y las inmediaciones de Cástulo, situada unos 15 km al suroeste.

Los primeros asentamientos humanos en Giribaile se remontan al primer tercio del II milenio a. C. De esta época se conservan diversas estructuras vinculadas a la explotación de los recursos mineros de la zona. Su ocupación se mantendría hasta época ibérica, convirtiéndose en una gran población, considerándose que corresponde a la gran capital oretana de Orissia, que sigue pendiente de excavaciones oficiales que aporten más datos sobre la misma. Durante esta última etapa ocupó una importante posición estratégica en la vía de conexión de Cástulo con el Levante. El oppidum oretano entre los siglos IV o III a. C., terminó transformándose en una gran ciudad fortificada con una extensión mayor de 18 hectáreas.


No obstante, se abandonaría a inicios del siglo I a.C. después de un brutal arrasamiento por los romanos en el curso de las guerras y matanzas de Sertorio, huyendo los escasos supervivientes a Cástulo. El estrato de ceniza encontrado en giribaile denota la quema de la ciudad.


Las investigaciones arqueológicas constatan la presencia de un importante poblamiento visigodo en sus inmediaciones, formado por pequeños asentamientos agrícolas de base cerealista, que complementarían con la ganadería. A falta de estudios más concluyentes, cabría relacionar estos poblados, el hábitat rupestre de las Cuevas de Espeluca, en el que se incluyen espacios de culto cristiano, con la existencia de una fortificación hispano-visigoda que fue posteriormente utilizada como basamento del castillo islámico.
En 1227 el castillo fue entregado a Fernando III el Santo por Acet-Abe-Mohamed. Fue ocupado por la Orden de Calatrava después de ser entregado a la ciudad de Baeza por Alfonso X en 1274. En 1292 Sancho IV lo entregó al juez de Baeza don Gil Bayle de Cabrera, de quién tomó el nombre, junto con las tierras entre el Guadalimar y el Guadalén.


A pesar de encontrarse bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español, su estado es de total abandono, propiciando el progresivo derrumbe que podría llevar hacia su ruina.





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