jueves, 23 de noviembre de 2017

MI ANÉCDOTA.

HOLA, soy Rocío y estoy aquí de nuevo.

Hoy os voy a mostrar mi anécdota. Aquí os la muestro.

MI ANÉCDOTA.
Érase una vez, un terrorífico y oscuro día de Halloween.
Estaba acompañada con una amiga. Acabábamos de terminar un ensayo de un teatro sobre las ocho y media de la tarde.
Camino a casa de mi amiga, para celebrar Halloween, nos dirigimos a un atajo, para llegar antes.
Además, era un camino sin luz, porque no había farolas que nos hicieran ver.
Aunque no veíamos nada de nada, fuimos valientes y decidimos seguir el camino.
Al llegar al atajo, mi amiga se tropezó con una piedra y se hizo daño, por tanto, por el dolor tuvo que ir cojeando.
A mitad del atajo, oímos unos pasos venir hacia nosotras. que no para de oírse cada vez más cerca.
Tomamos la decisión de correr, pero mi amiga no podía a causa de la herida.
Entonces nos escondimos en un rincón, para que no nos pudiera ver.
Al cabo de un tiempo, oímos esos mismos pasos, muy muy fuerte, además vimos una enorme sombra venir hacia nosotras.




Entonces mi amiga se asomó con la intriga de saber quién era y afortunadamente era un hombre inofensivo con un gran ramo de flores para llevar al cementerio.

Por lo cual, quedamos en que habían sido los cinco peores minutos de nuestras vidas.
FIN.

Espero que os haya encantado, SALU2.



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