CASTILLO DE GIRIBAILE
Aunque actualmente está en ruinas es un castillo con mucha
historia.
El castillo de Giribaile es una
construcción militar edificada en el siglo XII,
durante la etapa islámica,
situada en las inmediaciones de la aldea de Guadalén, en la
localidad jiennense de Vilches (Andalucía, España). Se
localiza sobre el extremo norte de una meseta de unos 500 metros sobre el nivel
del mar, que controla visualmente la vega del río Guadalimar, la
antigua vía Heráclea y
las inmediaciones de Cástulo,
situada unos 15 km al suroeste.
Los primeros asentamientos humanos en Giribaile se
remontan al primer tercio del II milenio a. C. De
esta época se conservan diversas estructuras vinculadas a la explotación de los
recursos mineros de la zona. Su ocupación se mantendría hasta época ibérica,
convirtiéndose en una gran población, considerándose que corresponde a la gran
capital oretana de Orissia,
que sigue pendiente de excavaciones oficiales que aporten más datos sobre la
misma. Durante esta última etapa ocupó una importante posición estratégica en
la vía de conexión de Cástulo con el Levante. El oppidum oretano entre los
siglos IV o III a. C., terminó transformándose en una gran ciudad
fortificada con una extensión mayor de 18 hectáreas.
No obstante, se abandonaría a inicios del siglo I a.C.
después de un brutal arrasamiento por los romanos en el curso de las guerras y
matanzas de Sertorio,
huyendo los escasos supervivientes a Cástulo. El estrato de ceniza encontrado
en giribaile denota la quema de la ciudad.
Las investigaciones arqueológicas constatan la presencia de un importante poblamiento
visigodo en sus inmediaciones, formado por pequeños asentamientos
agrícolas de base cerealista, que complementarían con la ganadería. A falta de
estudios más concluyentes, cabría relacionar estos poblados, el hábitat
rupestre de las Cuevas de Espeluca, en el que se incluyen espacios de culto
cristiano, con la existencia de una fortificación hispano-visigoda que fue
posteriormente utilizada como basamento del castillo islámico.
En 1227 el castillo fue entregado a Fernando
III el Santo por Acet-Abe-Mohamed. Fue ocupado por la Orden
de Calatrava después de ser entregado a la ciudad
de Baeza por Alfonso X en
1274. En 1292 Sancho
IV lo entregó al juez de Baeza don Gil Bayle de Cabrera, de quién tomó el nombre,
junto con las tierras entre el Guadalimar y
el Guadalén.
A pesar de encontrarse bajo la protección de la Declaración
genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio
Histórico Español, su estado es de total abandono, propiciando el
progresivo derrumbe que podría llevar hacia su ruina.
¡Tengo qué ir a visitarlo!
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